by Christian G. Ramos Segarra
Por El Vocero
Aunque diversas organizaciones económicas como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) preveían una tendencia de incremento para la economía mundial en el 2019, esas proyecciones fueron modificadas y ahora no reflejan un panorama tan alentador, menos para la región de Latinoamérica y el Caribe.
El BM estimó que el crecimiento económico mundial se reducirá de un 3 % a 2.9 % y que para América Latina y el Caribe se prevé una baja de 2% a 1.7%. Mientras, el FMI mantiene que mundialmente el porcentaje bajará a un 3.5% del 3.7% que habían pronosticado en octubre, pero esperan que se registre un despunte para América Latina y el Caribe de 1.1 en 2018 a 2% en el 2019. Pese a que parecen mejores números, representan dos puntos porcentuales menos de lo previsto para el período 2019-2020.
Según la firma Estudios Técnicos, la proyección de crecimiento para la Isla es de 5%. Mientras, la República Dominicana espera alcanzar un 7% según su Banco Central. En el caso de Puerto Rico -que se mantiene como el tercer país de mayor desigualdad económica en el mundo- el crecimiento depende en gran medida del desembolso del dinero y la retoma de la industria de la construcción.
El economista Santos Negrón explicó a EL VOCERO que los efectos de la desaceleración económica se verán diluidos con la entrada de fondos federales para la reconstrucción. Para este año está supuesto el desembolso de los fondos del Programa de Subvención en Bloque para el Desarrollo Comunitario para la Recuperación ante Desastres (CDBG-DR), que totalizarán $1,500 millones en la primera etapa y $8,200 millones en la segunda ocasión.
“El uso de la demanda agregada mantendrá la economía de Puerto Rico corriendo y posiblemente con una tendencia de crecimiento. Aumenta el consumo, aumenta la inversión y permite mayor nivel de gastos en el gobierno. Además, ayuda a fortalecer la producción a nivel local y todo lo que ayuda a incrementar el Producto Interno Bruto del país”, sostuvo Negrón.
Pese a esto, la Junta de Planificación (JP) establece que los efectos devastadores que dejó el huracán María podrían extenderse sobre los diversos sectores económicos