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Evalúan iniciativa para bajar precios de medicamentos

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by Marian Díaz
Por El Nuevo Día

Durante las últimas décadas, los pacientes han visto cómo el precio de los medicamentos continúa en aumento, sin que puedan hacer nada para detener esa espiral; pero ahora el gobierno federal y el Congreso han decidido intentar ponerle un alto a ese incremento desmedido y buscan que, a partir del próximo año, el bolsillo de los consumidores sienta un alivio cuando vayan a comprar medicinas.

Para el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, la culpa de que los medicamentos sean tan costosos es de las farmacéuticas, las aseguradoras y de los administradores de beneficios de farmacia o PBM’s (por sus siglas en inglés), los que se han hecho “muy, muy ricos”; y se ha comprometido con tomar medidas radicales para disminuir dichos precios.

El gobierno federal es consciente de que el proceso para lograrlo es cuesta arriba, pero está decidido a reestructurar el sistema, de modo que sea más transparente. Una de las maneras que evalúa para lograrlo es eliminando las regalías o “rebates”, con lo que estiman podrían disminuir los precios a nivel del paciente entre un 20% y 30%, y en algunos casos, hasta más de eso.

Una investigación federal reciente sobre el alza en el costo de las medicinas arrojó que la compañía Express Scripts –el principal PBM en EE.UU.– es más grande que Walt Disney, Eli Lilly y McDonald’s juntas. Y la mayoría de los consumidores desconocen eso, por lo que el secretario de Salud, Alex Azar, se comprometió a que a partir del 1 de enero de 2020, el paciente recibirá el descuento al momento de comprar el medicamento en la farmacia.

Para Raúl Rodríguez, presidente de Droguería Betances, es posible que los pacientes reciban alivios al bolsillo al comprar medicamentos, si se logra eliminar la práctica de pagar “rebates” a los intermediarios. “Yo creo que esto se va a implementar el próximo año porque la reducción de precios en medicinas es uno de los proyectos más importantes del presidente Trump, es difícil que el Congreso se oponga, siendo un proyecto tan simpático”.

El gobierno federal aún no ha determinado cómo procurará la transparencia y logrará bajar los precios. Una de las formas de hacerlo, explicó Rodríguez, es con el precio de lista del manufacturero y que sea este el que rija el proceso transaccional en la cadena de suministros, más un cargo por servicio que cobrarían las droguerías, farmacias y PBM.

Al presente, aunque existe el precio de lista, los PBM negocian “rebates” secretos con las compañías de manufactura, que no divulgan a nadie, ni siquiera a losplanes médicos. Esos descuentos son para el beneficio exclusivo del intermediario y no descienden a lo largo de la cadena, por lo que el paciente no se beneficia.

Con el modelo propuesto, continuarían existiendo los contratos de precio –como los hay ahora– entre los jugadores de la industria, tales como droguerías y farmacias; pero en este caso, las manufactureras no tendrían que inflar los precios de lista, ya que dejarían de dar los jugosos descuentos o “rebates” al intermediario.

“Tenemos que apoyar que el medicamento llegue al paciente al precio más económico posible. Yo creo que si se prohíben los ‘rebates’ y se implanta un sistema transparente, saldrían afectados los PBM en el sentido de que el ‘rebate’ es de lo que más les genera ganancias”, manifestó el presidente de Droguería Betances.

De hecho, la semana pasada los presidentes de las principales compañías farmacéuticas –entre ellas Pfizer, Merck, Sanofi, AstraZeneca, Bristol-Myers Squibb, Johnson & Johnson’s Janssen y AbbVie– depusieron en el Senado federal y reconocieron los altos precios que pagan los pacientes por los medicamentos. Sin embargo, los ejecutivos culparon por ello a los “rebates” que ellos les pagan a las compañías de seguro, lo que los obliga a aumentar demasiado el precio de lista del medicamento para compensar por los descuentos que tienen que dar a los intermediarios.

Esos descuentos son tan jugosos, que Albert Bourla, principal oficial de Pfizer, testificó que su empresa pagó casi $12,000 millones en “rebates” a los planes médicos en el 2018, y “esos descuentos no llegaron a los pacientes”.

“Pfizer está dispuesta a apoyar reformas para crear un sistema en el que los descuentos por adelantado y transparentes beneficien a los pacientes en el mostrador de la farmacia, en lugar de un sistema impulsado por reembolsos que son absorbidos por las compañías en la cadena de suministro”, manifestó Bourla, según reportó el Washington Post.

Los ejecutivos indicaron que favorecen un reembolso basado no en el número de píldoras que se venden, sino en la efectividad del medicamento en prevenir ataques en el número de pacientes de cáncer en remisión.

El Nuevo Día intentó obtener una opinión de la Asociación de Compañías de Seguro (Acodese) sobre esta iniciativa federal, pero al cierre de esta edición no habían respondido.

Por su parte, Elda Sierra, farmacéutica y presidenta de la junta de directores de Coopharma, aunque favorece la iniciativa federal, duda que logren su objetivo. “Ya nosotros sabíamos lo de las regalías que cobran los PBM, lo hemos denunciado; lo que me sorprendió es que los altos ejecutivos de las farmacéuticas lo admitieran públicamente en el Congreso”, dijo Sierra.

“Los PBM le hacen creer a la gente que ellos ayudan a controlar los costos y a bajar los precios, pero se está comprobando en Estados Unidos que eso no es cierto”, añadió la presidenta de la junta de Coopharma.

Posted on marzo 3, 2019