by Mildred Rivera
La mayoría de las personas se jubila al cumplir la edad para recibir una pensión, aunque cada vez son más los que continúan trabajando más allá de ese umbral. En algunos puestos, como los de jueces y agentes federales, existe una edad de retiro obligatoria. Pero en otras profesiones, la nitidez de ciertas destrezas y capacidades físicas determinan el retiro, como es el caso de los cirujanos. El Sinai Hospital de Baltimore tiene un programa especialmente diseñado para evaluar la salud y capacidades físicas y cognitivas de los cirujanos durante dos días. Según la página del Aging Surgeon Program, las certificaciones, la revisión de pares y los reglamentos de personal de las instituciones de salud no son suficientes para identificar los cambios en las capacidades de un cirujano. La información sobre el programa es parte de la historia que compartió el cirujano vascular Herbert Dardik, del Englewood Hospital and Medical Center de Nueva Jersey, con The New York
Times. En 2015, cuando tenía 80 años y era jefe del departamento de cirugía vascular, a Dardik le hicieron un procedimiento médico menor y decidió no operar a una paciente mientras se recuperaba. Pero la paciente le pidió que estuviera presente, así que accedió a ir como observador. Pero cabeceó durante la operación y eso preocupó al equipo médico, que le recomendó hacerse una evaluación. El médico, que aún tiene oficina y trabaja con estudiantes en programas de residencias médicas, cuenta que inicialmente se ofendió, pero luego comprendió la importancia de poder garantizar la seguridad de sus pacientes y acudió al Aging Surgeon Program.
Sabia decisión.